lunes, 24 de diciembre de 2012

Misión de Navidad en las Villas (Bolivia)

Ante todo demos gracias a Dios porque ha querido ser el Dios con nosotros. Que la intercesión de santa María y San José, junto a las simbólicas imágenes de los animales que abrigan al recién nacido, nos ayuden a acoger a Jesús, y a creer en Él, como nuestro Dios y Salvador, Amigo y Hermano, Origen y Meta de nuestras vidas y de la humanidad entera.


José acoge la voluntad del Padre

“Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros.»Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujerY no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús”. Mt 1,19-25

“Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento” Lc 2.

La pequeña familia de José fue abandonada a su suerte en un cobijo provisional, en un establo de animales donde un burro y una vaca daban calor al pesebre de Belén y donde en la paja de estos se instaló la cuna del niño recién nacido. Esto hizo que fuera un acontecimiento que tiene un gran mensaje para los cristianos, el hecho de la acogida del burro y la vaca, el calor que daban al pesebre de Jesús, al hijo del Eterno, que vino a este mundo para traer a todas las criaturas la paz y la conciencia de unidad en toda la creación. Compartieron su cobijo con Él cuando las personas le rechazaron. 


VIVIR LA ACTITUD DE ACOGIDA:

Al igual que a la familia de Jesús: ¿cuántas familias se ven desamparadas, perseguidas, sin techo, sin una casa donde cobijarse? ¿Cuántas madres mueren por no poder acudir a un centro de salud? ¿Cuántos niños no llegan a nacer por muchas circunstancias?

Ellos fueron los que acogieron a Jesús y a su familia: ¿Qué deberé hacer yo ante esta realidad? ¿A quiénes debo acoger? ¡No busque fuera lo que está dentro! ¡De qué le sirve a uno amar sólo a sus amigos! ¿Qué tengo que acoger de mí y de mis hermanos? “Lo que le hagáis al más pequeño de los Míos, me lo hacéis a Mí.

Atreverse a disfrutar lo cotidiano es mirar cada mañana por la ventana de la acogida y el optimismo…”

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